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 • ACTUALIDAD EN AL NORTE

16

Dic

2004


Al Norte

Semana Nacional de Arte Contemporáneo

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Los artistas acusan una ruptura del diálogo gremial



P. M.

«Hubo un tiempo en que los artistas hablábamos de arte». Se expresaba así el escultor Sergi Aguilar y sus palabras sonaban a centímetros de Antonio López, a segundos de que su voz confesara otro lamento: «En el comienzo compartíamos todos, Saura, Millares, Chillida y Lucio Muñoz, un mismo lenguaje, una misma experiencia vital. No sé que pasó, ni dónde se produjo la ruptura».

Hablaban López y Aguilar ante los mismos micrófonos, en una sala del Centro de Cultura Antiguo Instituto abarrotada, que recibía así, sin espacio para albergar más interés, el ecuador de la III Semana Nacional de Arte Contemporáneo de EL COMERCIO, AlNorte. En ese escenario los artistas acusaron un cambio de intereses gremiales, el final del diálogo entre artistas. Pero ese fue el único frente común en las disertaciones del escultor catalán y el pintor manchego.

A partir de ese punto, la voz de Antonio López se centró en el relato de su experiencia personal como máximo defensor del realismo figurativo que se considera «un pintor moderno», y la de Aguilar, en la explicación de por qué a estas alturas de siglo seguimos hablando de los diferentes estilos.

Contó así el primero que, desde sus tiempos en la Escuela Superior de Bellas Artes, ha sufrido lo que llamó la «tiranía del gusto», y se preguntó, una y otra vez, por la razón que ha llevado a críticos y compañeros de oficio a invitarle a «cambiar su lenguaje, en beneficio de algo más rompedor, más novedoso».

Dicho esto, el escultor catalán regresó a una teoría personal sobre el parón que en España supuso para el arte la dictadura. «Mientras en el mundo se hablaba de vanguardias y éstas avanzaban, en España se vivía un periodo gris. No podemos, por tanto, pedir que, al romperse esa época oscura, todo se entienda de repente».

Creía Sergi Aguilar contestar así a López. Pero éste insistió en que en España se entiende lo mismo que en el resto del mundo y aquí las dudas son idénticas y que lo único que ahora mismo es cierto es que «el arte es un misterio que no sabemos en qué reside, un misterio en el que creemos como en un dogma de fe».

Aseguró también el afamado creador manchego que ese misterio era compartido por todos en tiempos de Roma, cuando «tanto los cultos como los ingenuos sentían placer por el arte. Unos lo disfrutaban de una forma, los otros de otra. Unos apreciaban unas cosas y los otros, otras. Pero está claro que la creación era un gusto colectivo».

En ese sentido aseguró que, a diferencia de otras disciplinas, el mundo del arte, en lugar de crecer sobre sus propias estructuras las ha destruido. «Pero el cambio no ha traído sólo esa pérdida del arte como un concepto de todos, también hay algo positivo. Ahora son más los artistas personales. Crece el arte individual y con él el misterio».

 
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